Pocas veces nos detenemos a pensar en la importancia que encierran los libros y la actividad lectora para el desarrollo cultural y emocional de la humanidad.
Desde la aparición de la escritura en la Edad Antigua, la lectura y el cuidado y mantenimiento de los textos fueron actividades muy preciadas. Y no en balde, porque desde su aparición en la Tierra el ser humano ha mostrado una necesidad de tipo cognitiva que lo impulsa a la búsqueda de información, Y, al mismo tiempo muestra una necesidad de tipo emocional que solo el rocío de la poesía y la fascinación de los cuentos pueden saciar.
Los libros vienen acumulándose en bibliotecas desde aproximadamente el siglo VII AC. Los relatos y conocimientos de esa época antigua y de otras épocas subsisten gracias a esas personas que desde entonces se han preocupado por conservar, catalogar, proteger, copiar, traducir libros.
Gracias a ellos conocemos hoy las mejores ideas de los hombres y mujeres de épocas pasadas. Como por ejemplo, el concepto de democracia de los griegos, el trato igualitario a todas las personas promovido por Hipócrates, el pensamiento de Aristóteles, base de muchas ciencias, y la idea la igualdad de todos los seres humanos propuesta por Pablo de Tarso, para nombrar solo algunas.
Irene Vallejo nos dice al respecto: “De alguna forma misteriosa y espontánea, el amor por los libros forjó una cadena invisible de gente -hombres y mujeres- que, sin conocerse, ha salvado los mejores relatos, sueños y pensamientos a lo largo del tiempo”.
En otras palabras, sin los libros seríamos un mundo sin memoria, privados de las fuentes del saber que dieron origen a las diferentes ramas de la ciencia y el saber que conocemos hoy día y son la base de nuestra civilización.
Y, por otra parte, ¿qué sería de nosotros sin la posibilidad de meternos en la piel de todo tipo de personajes, ubicarnos en épocas y circunstancias diferentes y vivir aventuras imaginarias?
A mí, la lectura me lleva a una especie de mundo paralelo que me hace más llevadero el día a día y me salva de la rutina y la monotonía. Como dice el autor Mario Vargas Llosa: No debemos conformarnos con la realidad en la que vivimos, porque la realidad es momentánea”.
¡Son muchos los motivos para celebrar los libros y la lectura!